Las cláusulas abusivas son aquellas condiciones que se insertan en un contrato entre un particular y un empresario, cuando estas no son negociadas entre las partes, sino impuestas de manera unilateral por el empresario, lo cual genera un perjuicio para el particular.
El ordenamiento jurídico español parte de la idea de que, a la hora de negociar un contrato, las partes están en igualdad de condiciones. Sin embargo, en ciertas relaciones jurídicas, una de las partes está en una situación más ventajosa que la otra a la hora de sentarse a negociar.
Cláusulas abusivas en hipotecas
Un ejemplo muy claro lo encontramos en las cláusulas abusivas en hipotecas. Si un ciudadano medio quiere adquirir una vivienda, deberá negociar un préstamo con garantía hipotecaria con el banco. Este, el banco, conocedor de las pocas alternativas que tienen los ciudadanos de encontrar financiación de otro lado, se aprovecha de la situación.
¿Cómo se aprovechan? Estableciendo cláusulas abusivas en el contrato que lesionan el interés del particular. Por ejemplo, les obligan a contratar un seguro de vida con la misma entidad bancaria aunque ya dispongan de uno personal, les imponen correr con los gastos de la hipoteca, establecen un interés más alto del previsto, etc.
Nulidad de la cláusula abusiva
Pues bien, cuando el empresario nos impone una condición perjudicial y gravosa que no deberíamos soportar, el particular puede solicitar judicialmente que se declare la “nulidad de la clausula abusiva”. ¿Cuál es la consecuencia inmediata de la declaración de nulidad? La respuesta a encontramos en la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios en el artículo 83:
«Las cláusulas abusivas serán nulas de pleno derecho y se tendrán por no puestas»
Esto significa que la cláusula no tiene validez dentro del contrato y el empresario deberá devolver las cantidades que ha recibido en relación con esta.
Pongamos un ejemplo, si un banco, el cual tiene condición de empresario necesariamente, impone a un particular una cláusula, la cual le obliga a pagar todos los gastos que se devenguen de la hipoteca, y esta es de declarada nula por abusiva, el banco deberá devolver todas las cantidades que ha recibido del particular en relación con esa cláusula.
Ejemplos de cláusulas abusivas
Para terminar, simplemente indicar que los bancos son sólo un ejemplo, pero hay infinidad ejemplos de cláusulas abusivas. Por ejemplo, cuando el empresario intenta limitar su responsabilidad por los productos que vende o los servicios que presta (cuando estos son defectuosos o inexistentes), clausulas que imponen obligaciones desproporcionadas al consumidor o simplemente que van en contra de la normativa vigente en ese momento.
Si tienes alguna duda o crees que has sido víctima de una cláusula abusiva, no dudes en contactar con nuestros abogados bancarios de Amagna.